En este 5º artículo sobre cuestiones que requieren un análisis más profundo, trato hoy sobre el llamado "horno" de Pallerols, un habitáculo de la rectoría de Pallerols donde la expedición de 1937 pasó la noche del 21 al 22 de noviembre
5. EL "HORNO" DE PALLEROLS
La dependencia de la rectoría de Pallerols donde durmieron los expedicionarios la noche del 21 al 22 de noviembre de 1937 les pareció un horno de pan, aunque en realidad no lo era. Así lo escribía Miguel Fisac en el Diario del día 22 de noviembre:
El día amaneció nublado y nosotros algo entumecidos de pasar la noche en el horno de la Rectoría de Pallarols de Rialp, en donde abunda más la incomodidad y el frío que el confort.
Y así lo entendía también Francisco Botella en el año 1975 en sus recuerdos de la tarde del 21 de noviembre:
Pere nos llevó, ya de noche, a una antigua iglesia, que presentaba huellas de violencia y profanación. Entramos por una puerta sin cerradura y sin que se viese nada normal para cerrarla. Frente a la puerta, una escalera por donde subimos a una estancia amplia donde había una mesa grande. Desde esta pieza, Pere nos indicó por dónde se podía ir a un antiguo y elemental "cuarto de aseo", que comunicaba por una puerta a través de un pasillo con el sitio donde estaba la mesa [...].
Al lado de la mesa, una puerta diminuta se abrió por las manos de Pere, que nos enseñó entonces un espacio que me recordó al del horno de la casa de campo de mi abuelo. Y así era, en efecto. El suelo estaba cubierto de paja y hojas y hacia arriba se veía un ventanuco alto y pequeño.
En cambio en sus recuerdos del año 1980 Juan Jiménez Vargas, al mismo tiempo que deja constancia de que efectivamente pensaron que era un horno, empieza a dudar que lo fuera:
El 21 por la tarde, después de anochecer, Pere nos llevó a escondernos en la casa del cura de la iglesia de Pallerols, a menos de media hora de Vilaró, que estaba abandonada y en muy mal estado. Pasamos la noche en una habitación muy pequeña, de techo muy bajo, a la que se entraba desde el comedor, porque parecía lo mejor para defendernos del frío. Me parece que no se trataba de un horno como supusimos siempre. Pienso que era una estancia, muy pequeña, de techo bajo y abovedado que serviría para guardar cosas: posiblemente para tener trigo, patatas, etc.
En realidad no se trataba de ningún horno, sino de la parte alta de la bóveda de uno de los ábsides románicos de la iglesia, que comunicaba directamente con la rectoría.
Nota.- Una buena descripción de la iglesia de Pallerols se encuentra en DD.AA. Catalunya Romànica, tomo XVII, Barcelona: 1994, p. 285; y en Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, tomo II, p. 195, n. 171.